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Los entierros ecológicos son una tendencia que se extiende por todo el mundo como la única alternativa viable para reducir el impacto ambiental que supone la cremación y la inhumación. La promación o promesión podría ser una solución para reducir las emisiones que suponen los más de 155.000 entierros e incineraciones que se producen a diario en todo el mundo, pero se trata de un proceso que aún genera mucha dudas.
Promación o promesión, una técnica repleta de incertidumbres
La promación, también conocida como promesión, es una alternativa a la cremación que, al igual que la resomación, requiere un gasto energético reducido y permite un entierro ecológico con un tratamiento de cadáveres sin generar apenas huella ecológica. El concepto de promación, no exento de polémica, surge en Suecia, desarrollado por la bióloga marina Susanne Wiigh-Mäsak.
El proceso de promesión paso a paso
El procedimiento comienza sumergiendo un cuerpo en nitrógeno líquido a -196°C. La baja temperatura hace que la materia orgánica se vuelva extremadamente frágil debido a su alto contenido en agua. A continuación, se somete a una vibración mecánica o de ultrasonidos capaz de pulverizar el cuerpo.
Según ha explicado la propia Wiigh-Mäsak a la BBC, “el ataúd se transforma en leña, y el cuerpo se expone a nitrógeno líquido. Eso hace que el cuerpo se vuelva quebradizo, y con la combinación de una corta vibración muy especial, en un minuto el cuerpo cae desintegrado en pedazos».
Ese polvo orgánico resultante supone apenas a un 30% de la masa corporal original. Se introduce en una cámara de vacío para evaporar el agua y finalmente se pasa por un separador de metales para retirar los restos quirúrgicos, prótesis y mercurio. Los restos se pueden enterrar a una profundidad de medio metro; a diferencia de los entierros normales que son a más de 2 metros de profundidad, lo que impide la degradación aeróbica.
Menor gasto energético
En el caso de la promación, el gasto energético también es muy inferior al requerido por la cremación. Según ha explicado su inventora, entre seis y doce meses después del proceso, el féretro y su contenido se convierten en tierra orgánica. Además, «no deja ningún residuo en el aire, ninguna contaminación en el agua subterránea, ninguna emisión peligrosa en la atmósfera».
Según su inventora, entre seis y doce meses después del proceso de promación, el féretro y su contenido se convierten en tierra orgánica.
Sin embargo, muchos expertos han puesto en cuestión que la promesión sea un método funcional como entierro alternativo. El profesor de anatomía Bengt Johansson, de la Academia Sahlgrenska de Gotemburgo, ha asegurado en numerosas ocasiones que “un cuerpo es sumamente resistente y duro tras su congelación. No podría descomponerse con una ligera sacudida incluso después de haber sido sumergido en nitrógeno líquido”.
Promessa: historia de un ideal
Tras desarrollar el concepto de promación, Susanne Wiigh-Mäsak fundó Promessa Organic en 1997 para perseguir comercialmente su idea. El nombre surge del término promación y la palabra italiana “promesa” (promessa). Sin embargo, la empresa acabó disuelta en 2015 sin haber llegado a realizar ni una sola vez el proceso de promación.
Según relata el periódico sueco Bohusläningen, poner en marcha la teoría del entierro alternativo ecológico fue mucho más complicado de lo que pensaban los fundadores. “El problema de la empresa ha sido principalmente que no ha logrado desarrollar la planta que congelará los cuerpos antes de convertirlos en polvo”, señala Bohusläningen.
El fracaso de Wiigh-Mäsak y su esposo, cofundador de Promessa Organic, fue una consecuencia inevitable después de que los medios informaran de que había multitud de cadáveres congelados en varios depósitos a la espera de recibir su funeral ecológico. Este escándalo de proporciones mayúsculas acabó llevando a la bancarrota a la empresa que tenía una deuda de más de 158.000 euros (1,6 millones de coronas suecas) y múltiples impagos a otras empresas, incluido un fabricante español de ataúdes biodegradables.
Su fundadora falleció el pasado 1 de septiembre de 2020 en su país natal debido a un cáncer. A pesar de ello, el innegable interés por encontrar un método alternativo y ecológico a la cremación ha provocado que el proyecto siga en activo e incluso se están reclutando embajadores para relanzar Promessa.
¿Dónde es legal la promación a día de hoy?
La promesión o promación aún no es legal en muchos países debido precisamente a que se trata de un proceso todavía no muy desarrollado más allá de las pruebas con animales. Sin embargo, la posibilidad de llevar a la práctica las teorías de Susanne Wiigh-Mäsak ha suscitado el interés de los gobiernos preocupados por el impacto ecológico de las cremaciones y la falta de espacio en cementerios. Por ese motivo, Promessa se ha asociado con más de cien países y la empresa sigue enviando representantes a todo el mundo para mostrar su método, informar y obtener apoyos.
Por el momento, la promación es legal en Suecia, Reino Unido y Corea del Sur. Desde la propia organización insisten en que los cambios legales en lo referente a la adopción de nuevos métodos de entierro siempre son lentos y aseguran que siguen comprometidos con el legado de Wiigh-Mäsak para que la promesión sea una alternativa sostenible.
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